Por: Ricardo Guzmán

El sexto conversatorio del ciclo organizado por el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología (MECCyT) del Gobierno de Salta, adscrito a la Cátedra UNESCO, se realizó el viernes 31 de julio de 2020, bajo el tema “Educación, Pedagogía y Currículo Intercultural”, reuniendo a importantes expertos suramericanos en el campo de la educación intercultural bilingüe (EIB).

Esta actividad académica, que constituye un esfuerzo de Salta por conectar a toda Latinoamérica en el proyecto educativo EIB, fue moderada por Emilse Tacacho, coordinadora de la Modalidad de Educación Rural del MECCyT.

El primer panelista invitado fue el profesor Rolando Aranda, quien reflexionó sobre la oportunidad que nos brinda la pandemia COVID-19 para repensar qué sociedad queremos construir. La actual crisis, afirma el especialista, “eclosionó el problema de la salud como un derecho universal” y puso en primer plano el derecho a la vida.

La pandemia igualó a los países y borró las diferencias, elevando lo humano. Y ahí surge, tras esas reflexiones, la posibilidad de un nuevo modelo educativo. Todo currículo debe, por tanto, surgir del consenso colectivo y luego ser legitimado por las comunidades. Solo en la medida que cuidemos la tierra, vamos a cuidar la vida.

Todo lo expuesto por el profesor Aranda se acopla a la disertación de la psicóloga Sandra Liliana Londoño, quien afirma que “Si entendemos la educación intercultural como educación para la paz, vamos a cambiar el mundo”.

La actitud optimista de la Dra. Londoño surge de sus experiencias comunitarias. Ella ha comprobado que “Nuestros sistemas de educación son escépticos frente a la posibilidad de una educación indígena”, asegura la magíster en Estudios Políticos. Por ello aconseja que todos los funcionarios estatales vivan la experiencia real de las comunidades, para empezar a crear programas verdaderamente inclusivos, arraigado en la realidad de los pueblos.

Es oportuno, para diseñar cirrículos, “abrirnos a la experiencia del otro, para reconciliarnos en un acto social y político, actuando localmente y construyendo gobernanza territorial”.

En función de lo anterior, la docente e investigadora de la Universidad de Cali, Colombia, Reyna Saldaña Duque, sostiene que América Latina no debe pensarse como un espacio geográfico, sino como un espacio intercultural, con voces que se han venido resistiendo, con prácticas de convivencia relacionadas a la madre tierra. 

Desde lo años 80, asegura la experta, “hemos venido ganando reconocimiento jurídico de la multiculturalidad y plurilingüismo de nuestros pueblos”. Pero no se trata solo de quedarnos con el reconocimiento o la tolerancia. La interculturalidad busca relacionar sujetos, mundos, culturas, permitiendo ver la herencia pero reclamando un diálogo en igualdad de condiciones, que busque nuevas formas de reconceptualización educativa y nuevas relaciones entre seres humanos y culturas.

Por consecuencia, la pedagogía no debe entenderse como disciplina, sino como práctica y vivencias. Solo la interculturalidad hace justicia a la pluralidad, porque permite recuperar las tradiciones, la memoria, y nos abre la posibilidad de crear un nuevo proyecto, no solo político, sino también ético y cultural.

Los cuatro pensadores coinciden en lo fundamental que es el componente histórico dentro del modelo intercultural bilingüe. De ahí que, para la psicóloga educativa Adelina Peña, todo currículo debe girar en torno a la recuperación de experiencias y saberes educativos vinculados a los pueblos originarios.

Peña, quien además es magíster en Desarrollo Humano, explica que un currículo plantea históricamente múltiples escenarios: de poder, de conflictos y de diálogo. En función de esa aseveración, esta ilustre catedrática plantea que “La historia de la educación en Latinoamérica es la historia de los sistemas políticos y económicos”.

El currículo, reflexiona Peña, históricamente forma seres humanos a la medida del sistema político y económico. Y ese tipo de currículo es el que ha imperado en América Latina, con una estructura educativa neocolonial contemporánea, que es similar a la educación de los medios publicitarios.

“Para llegar al diálogo de saberes convencionales y los saberes locales y comunitarios propios, hay que abordar los escenarios anteriores: develar poderes  y asumir el conflicto derivado desde sus posibilidades de transformación”, concluyó la experta del Instituto de Estudios Interculturales de la Universidad Javeriana de Cali.